El hilo dental, un olvidado que completa la higiene bucal
Cepillarse los dientes todos los días no es suficiente. Durante la higiene oral, la mayoría de las personas se olvidan de usar el hilo dental o lo ponen muy abajo en su lista de prioridades debido a que desconocen la importancia o no están seguros de cómo hacerlo correctamente. Pero usarlo es más importante de lo que uno piensa.
Esta sencilla herramienta de limpieza ayuda a higienizar los espacios entre los dientes, reduciendo las probabilidades de sufrir infecciones en las encías o caries producidas por la acumulación de bacterias.
El cepillado sólo elimina el 50% de la placa bucal, pero algunos estudios han demostrado que, combinado con el uso del hilo dental, puede reducir el 80% de la placa, pues el hilo permite alcanzar las áreas que son de difícil acceso para un cepillo, en especial entre los dientes y debajo de la línea de las encías, donde se acumula la placa dental.
Eliminar con cuidado los residuos alimenticios y la placa depositada entre los dientes es especialmente importante para las personas que usan aparatos de ortodoncia, implantes y puentes. La selección de una seda dental se basa en las necesidades individuales y la preferencia.
Acá les contamos algunas curiosidades sobre el hilo dental:
El hilo dental fue inventado en 1815 por un dentista de New Orleans (EE.UU.) quien aconsejaba a los pacientes usar un fino hilo para limpiarse entre los dientes.
Johnson and Johnson patentó un hilo dental en 1898; en aquél momento, estaba hecho de seda.
Los fabricantes comenzaron a usar nailon en lugar de la seda en la década de 1940.
Algunas personas creen en falsos mitos, como aquel que dice que no pueden usar hilo dental las mujeres que están embarazadas, amamantando o usando aparatos de ortodoncia. En realidad, hay una técnica y un material para cada uno. Habla con tu dentista sobre los procedimientos de limpieza adecuados en caso de que tengas alguna inquietud.