El mal aliento o "halitosis" no es un problema exclusivo de los adultos. Esta molestia ocurre de manera habitual también en niños, y se estima que afecta hasta el 20% de los pequeños (este porcentaje asciende a casi el 50% en la edad adulta). A menudo atribuido a la mala higiene bucal, el mal aliento puede ser uno de los síntomas de otros trastornos orgánicos, y por eso es importante poner mucha atención en el hálito de los niños.
Las causas de mal aliento en los niños son muy variadas y pueden originarse en la boca o en el sistema respiratorio y el aparato digestivo, o tener origen en alguna enfermedad general.
Al sentirle mal olor en la boca del pequeño, se debe analizar inicialmente la posibilidad de que el pequeño haya introducido algún cuerpo extraño en las fosas nasales (trozos de goma-espuma, semillas, juguetes pequeños etc.)
Descartada esta posibilidad, el siguiente paso es verificar si el niño ha mantenido una higiene bucal adecuada. Es importante que los padres supervisen el pequeño mientras se cepilla los dientes para asegurarse de la buena calidad del cepillado.
Placa bacteriana y sarro
Si el niño cultiva una rutina correcta de higiene bucal y aun así presenta halitosis, se recomienda acudir al dentista para que evalúe el estado de salud de la lengua, las encías y los dientes. El profesional también verificará la acumulación de placa bacteriana y sarro, que son los mayores causantes del mal aliento.
Si el examen odontológico descarta alteraciones bucales, es hora de consultar el pediatra para que estudie otras posibles complicaciones. El experto hará el diagnóstico mediante algunas preguntas, examen físico y estudios de laboratorio y radiológicos.
Nunca te olvides de que la salud bucal refleja la salud general del cuerpo, así que cualquier alteración en la boca, tanto en adultos como en niños, debe ser llevada muy en serio.
El mal aliento aún es un tabú en nuestra sociedad, ya que es muy común pero por lo general quien lo nota o incluso lo sufre intenta no hablar del tema. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 60% de la población mundial sufre o ha sufrido de halitosis en algún momento de su vida.
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Aunque esta es una condición bastante normal, pocas personas conocen cuáles son sus causas y las mejores maneras de evitarla. Acá te aclaramos algunas dudas sobre este tema:
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1. En el 90% de los casos, el mal olor proviene de la cavidad bucal. Sin embargo, también puede tener su origen en el sistema respiratorio o digestivo, pero con menor frecuencia.
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2. Cuando la halitosis (mal aliento) no está relacionada con alteraciones en la cavidad bucal, su origen puede originarse de patologías del hígado, enfermedades autoinmunes, insuficiencia renal, y otras causas sistémicas en los demás niveles del organismo.
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3. Hay dos tipos de halitosis: la fisiológica (una condición temporal que se produce al despertar o tras comer algunos alimentos) y la patológica (generada por bacterias fundamentalmente anaerobias que producen compuestos volátiles sulfurados).
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4. En la mayoría de los casos la halitosis desaparece tras la higiene dental, al cepillarse los dientes, las encías y la lengua después de cada comida.
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5. Si quieres mantener tu boca libre de olor, evita consumir algunos alimentos, como el ajo y la cebolla.
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6. La saliva puede ser una aliada del hálito fresco. Comer chicle sin azúcar estimula la producción de saliva y aleja el mal aliento.
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7. Un estudio reciente descubrió que una porción de yogur al día reduce el nivel de mal olor originando sulfuro de hidrógeno en la boca.
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8. Según el Instituto del Aliento, el estrés y hasta la menstruación pueden provocar el mal aliento.
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9. Comer cítricos, melones y otros alimentos ricos en vitamina C crean un ambiente inhóspito para el crecimiento de bacterias y pueden ayudar a evitar la halitosis.
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10. El alcohol y el tabaco no contribuyen a lucir una sonrisa saludable y un halito agradable.